En diversos posts hemos hablado sobre la importancia de la comunicación entre las personas y en especial con los niños. A la hora de hablar o explicar algo a un niño debemos tener una serie de normas muy claras:
- Debemos encararlas con la misma naturalidad con la que el niño nos la pregunta.
- Debemos de estar seguros de lo que realmente interesa al niño y por qué nos lo pregunta: preguntar al niño primero sobre lo que él opinan de antemano, nos dará la posibilidad de preparar y orientar la respuesta.
- Debemos tener en cuanta la edad del niño, para en función de ella dar nuestra respuesta.
- Debemos ser claros y breves, no hace falta dar más información de la necesaria.
- Debemos hacer que el niño vea que sus dudas son resueltas por sus adultos de referencia, y que siempre podrá acudir a sus padres para resolver sus problemas e inquietudes.
El hecho de los hijos vean que sus padres les contestan sus preguntas, están dispuestos a resolver sus dudas, y ver que responden con naturalidad, de forma clara, ajustada a su edad y sin nervios, fomenta la confianza entre padres e hijos y puede generar un clima propicio para el diálogo.